jueves, 9 de febrero de 2012

HISTORIAS ECOLÓGICAS

Amigo de la neblina…


Una ligera llovizna cargada de finas gotas, alejaba un poco el intenso frío matutino, que calaba hasta los huesos a Francisco Martos, curtido cazador cajamarquino que había llegado desde la banda de Celendín a Uchucmarca hace ya varios años, dedicando la mayor parte de su tiempo al cultivo de papas en Chivane y el resto a su afición de toda la vida: La cacería, actividad que conocía y disfrutaba mucho, por lo que su fama de cazador llegaba a toda la provincia de Cajamarquilla allá por la década de los 30, en el siglo pasado. 


En esa madrugada Martos se encontraba de cacería, camino a la Encañada, paraje muy cerca de la Laguna de Huayabamba, la lluvia intensa y un viento helado de la noche anterior, le hicieron improvisar un pequeño albergue al pie de unas grandes rocas calcáreas. Cortó abundante ichu con su machete, que luego utilizó como colchón y frazada, para aliviar el frío y poder descansar. 

De pronto un ruido muy fuerte, llamó su atención, parecía que alguien estaba trayendo a suelo todas las achupallas y mordiéndolas vorazmente. Rápidamente pensó: Es el oso… - y una intensa alegría recorrió su cuerpo-, encontró a su presa más cerca de lo que pensaba, ya no pudo conciliar el sueño, solo pensaba en toda la carne, grasa y la piel que esta le proporcionaría. 

Apenas empezó a clarear el día, se levantó, oteo el horizonte y de pronto vio una mancha negra que se movía muy cerca de la cumbre del cerro, cogió su alforja, saco la largavista y enfocó la mancha negra… Ahora no tenía dudas, el oso se movía lentamente cuesta arriba, rumbo a un lugar llamado por los lugareños Siete Lagunas, páramo con siete cuerpos de agua cristalina en una planicie grande, cuyo suelo es una gran esponja de agua, que alberga flores muy bellas de diverso tamaño y forma, muchas de color amarillo intenso, otras lilas, rosadas, rojas, naranjas, etc. algunas pegadas del suelo, otras con un tallo más grande y suculento, lleno de agua. Pequeñas cascadas, que caen por doquier, cual rayos de plata que al sentir la luz del sol, toman vida y derrochan una extraordinaria belleza, aves diversas de muy lindos colores y cantos acompañan el paisaje completando este singular ambiente. 

… Martos, saco su guayaca, llena de coca, tomo un bocado, empezó a masticarla, luego agregó cal, con la aguja de su chufrán, y mezclándola trató de que el bolo le armase… - allí un ligero escalofrío recorrió su cuerpo-, la coca en vez de estar dulce, amargaba mucho, malos presagios, pensó, esto no me gusta nada, la coquita no arma, ¡no arma! Por un momento pensó en regresar a Uchucmarca, pero después dijo he venido a cazar y no regresaré sin una buena presa, no quiero que la gente se ría de mí. Se levantó de un salto, tomo aliento y andar se ha dicho, pues tenía que rodear la montaña para darle entrada al oso cuando este llegue a la cumbre. Por un tiempo fue siguiendo la huella del oso, por un sendero angosto, que éste hace al caminar y que en los precipicios, es el único lugar de paso posible, pasa por sitios muy peligrosos para un humano, donde un simple resbalón podría costarle la vida. Pese a que la coca no armaba, Martos cargado de adrenalina fue entrando en calor y caminaba rápidamente, ahora también lamentaba que su pequeño perro cazador ¨Príncipe¨, esta vez no le acompañara, él estaba con su hijo, quien había ido al pueblo de Uchucmarca a comprar sal y fósforos. 

Siguiendo el rastro, al mirar al suelo, se encontró con estiércol del oso, muy fresco, allí se notaba mucha fibra de achupayas y semillas diversas, que este se encargaba de diseminar a lo largo de su territorio, desde las altas cumbres hasta los valles interandinos, el oso camina mucho y rápido, ahora pensaba “si no me doy prisa puedo perderlo de vista y adiós carnecita”. Y allí alcanzó a divisar al oso que se internó en un pequeño bosque enano, muy cerca de la cumbre. Martos con el conocimiento que tenía, calculó que a su salida del bosque él podría estar sobre la cumbre muy bien posicionado para dispararle certeramente. 

Diestramente avanzó hasta llegar a la parte más alta y allí agazapado, sobre una roca con su vieja compañera, una carabina semiautomática “Savage” calibre 22, al hombro, lista para disparar, estaba Martos, esperando a su presa. De pronto observó a lo lejos como el oso salía del bosque, no sin antes comerse algunas moras silvestres las cuales habían por montones, y una en especial, grande de color rojo intenso muy parecida a una fresa era su preferida, por su delicioso sabor agridulce y que la gente del lugar llamaba “mora del oso”. Concentrado en su presa, esperando que este se encuentre a una menor distancia para asegurarse el tiro, Martos se olvidó de su entorno. En ese momento todo empezó a oscurecerse y no pudo ver más allá de sus narices, una densa neblina envolvió el lugar, allí se acurrucó con su poncho, para protegerse de la humedad, el frío…y ahora a esperar… él cómo diestro cazador sabía hacerlo pacientemente. Después de dos horas, que parecían una eternidad, la nube no pasaba y empezó a mostrar su disgusto, sabía que su presa durante este tiempo seguía caminando, aun con la neblina y podría escaparse, pero él no se aventuraba a caminar con neblina, por estos senderos, pues sabía que una caída era fatal. 

Después de muchas horas al ver que la neblina estaba menos densa, decidió avanzar hacia donde él creía podía encontrar nuevamente al oso. No hubo caminado siquiera treinta metros, siguiendo por el “camino del oso”, sobre un barranco muy escabroso, sorpresivamente al levantar la vista del camino, se encuentra frente a frente con el oso, que estaba parado en dos patas, a menos de dos metros de distancia, tal fue su temor, que lo único que alcanzo a decir fue ohhhhoosoooooooooo…. y al tratar de retroceder, para escapar, perdió el piso y cayó, despeñándose por el profundo barranco, donde quedó malherido. El oso por su parte se hizo como un ovillo y rodó cuesta abajo, sobre achupayas y zarsas, levantándose al final de su caída, caminado sin mayor dificultad, pues su gruesa piel y grasa lo protegen de todo daño. 

Después de algunos días de búsqueda los uchucmarquinos encontraron a Martos, totalmente grave, quién apenas pudo balbucear la frase, “no pude con el oso, él es amigo de la neblina”.


Glosario:


Oso: Se refiere al único oso (Tremarctos ornatus) que habita en Sudamérica, llamado también ¨oso andino¨, ¨ucumari¨, ¨oso de anteojos¨. Este último nombre se debe unas manchas blanquecinas que posee alrededor de los ojos. En la frente y en el pecho, contrastando con el resto del pelaje del cuerpo que es negro. Vive especialmente los bosques húmedos y de neblinas situados en las ecorregiones de la Selva Alta, el Páramo Andino. Animal corpulento que llega a medir hasta 1.80 metros cuando se para en dos patas, es muy ágil, trepa a los árboles con facilidad, ya sea en busca de alimento o albergue. Asimismo es una criatura solitaria, que solamente va en parejas durante la fase de reproducción, luego se ve a la madre caminar junto a sus crías (oseznos). Se alimenta mayormente de vegetales (tallos, hojas y frutos), sin embargo a veces come pequeños animales, como roedores, aves e insectos. Este mamífero juega un rol muy importante en el mantenimiento y recuperación de los bosques y páramos, dispersando muchas semillas de las plantas cuyos frutos consume. 

Por la destrucción de hábitat y cacería incontrolada (debido al comercio ilícito de sus partes, o al creerlo una amenaza por parte de los pobladores de las áreas donde habita), el oso se encuentra en condición de vulnerable según la UICN, siendo su futuro muy incierto: Por esta razón es urgente ayudar a su conservación mediante: 

  1. Evitar la destrucción de su hábitat, disminuyendo la tala de bosques y quema de páramos que lo albergan, muchas de estas actividades no sostenibles (agricultura de sobrevivencia y ganadería extensiva) 
  2. Denunciar la cacería del oso y otros animales, ante las autoridades competentes (INRENA, POLICIA ECOLÓGICA, MINISTERIO DEL AMBIENTE, GOBERNACION, etc) 
  3. Campañas de sensibilización a la población y autoridades sobre el oso y su importancia ecosistémica, el peligro en que se encuentra y la necesidad de su conservación, entre otros. 

Páramo: Es un ecosistema localizado entre la franja comprendida entre el bosque montano y el límite superior de la nieve perpetua (aprox. 3000 a 5000 msnm), abarca un territorio desde Venezuela hasta el norte de Perú. El páramo es uno de los ecosistemas de alta montaña más rico del mundo, que alberga una gran biodiversidad y endemismo, sin embargo desde el punto de vista ecológico es un ambiente frágil. Por su alta diversidad biológica e importancia biogeográfica, evolutiva, ecológica y económica, están relacionados con los pueblos y culturas andinas y sus formas de vida, es así que el bienestar de millones de personas está dependen de los bienes y servicios ambientales de los páramos: los musgos absorben agua en gran volumen, regulando los caudales de los ríos y quebradas que surten del vital líquido a las poblaciones y campos de cultivo. Sin embargo, prácticas humanas insostenibles (tala de bosques, quema de pajonales y cacería indiscriminada), están amenazando el funcionamiento de los páramos, y con ello nuestro propio bienestar. Es por ello que debemos sensibilizar a la gente de los páramos y a los que reciben sus beneficios sin conocerlo, para generar conciencia conservacionista, para proteger a este frágil y especial ecosistema para nuestros hijos y las generaciones que les sucedan. 

Ichu: (Stipa ichu) es un pasto natural del altiplano andino sudamericano, México y Guatemala empleado como forraje para el ganado, principalmente de camélidos sudamericanos. 

Achupayas: (Puya sp.) una bromeliácea típica de los ambientes andinos, es uno de los principales alimentos del oso andino. 

Largavista: Binoculares 

Savage: Carabina calibre 22 de excelente calidad, semiautomática, con cargador de 10 balas, usada por diestros cazadores. 

Guayaca: pequeña alforja usada para llevar hojas de coca. 

Chufrán: Pequeña calabaza que sirve para llevar cal viva o ceniza de origen vegetal, ingrediente que masticado junto a las hojas de coca ayuda a desprender su alcaloide de modo más rápido. Tiene una tapa de madera o asta de ganado vacuno, la cual posee una aguja para extraer la cal y llevarla a la boca. 

Hoja de coca: Hojas de un arbusto originario de los Andes llamado coca (Erythroxylum coca), que crece hasta 2,5 m de altura, de tallos leñosos y hojas elipsoidales, pequeñas y de color verde intenso. Sus flores son minúsculas y de color blanco. Sus frutos, de color rojo, tienen forma ovoide y miden alrededor de un centímetro. Posee efectos medicinales como analgésico, ya sea sola o combinada con otras sustancias (como infusión o emplastos), y es considerada por mucha gente de la cultura andina como una planta mágica, debido a sus propiedades estimulantes.




Autores: Carlos Vega y Carolina Téllez