lunes, 27 de enero de 2014

ASHINÁ o la historia de Los Chácobo y el fuego.




En aquellos tiempos cuando los Chácobo, eran cazadores, pescadores y recolectores, tampoco disponían de las yucas y el maíz para comer, y aun contando con tierras fértiles para la agricultura, carecían de semillas para la siembra y tampoco tenían fuego para cocinar, por lo que comían la carne cruda, luego de secarla al sol.

Por la misma época en esta región de la amazonia boliviana, habitaba también Ashiná, despiada y egoísta mujer que hablaba Chácobo, pero que era de una raza distinta, única dueña de la yuca, del maíz y del fuego, elementos que no quiso compartir con los demás.

Cuando le pedían semillas de maíz o yuca, ella siempre les negaba y si insistían mucho, les entregaba las semillas carbonizadas después de quemarlas, por lo que jamás crecían cuando las sembraban en sus “chacos”.

Por esta razón la gente siempre intentó robarle el fuego y las semillas, pero ella tenía un pájaro espía llamado “tareche”, el cual poseía un pico muy largo parecido a la de un tucán, el cual  siempre alertaba a la vieja cuando alguien se acercaba, entonces ella iba al encuentro de la gente con una canasta grande, al llegar a ellos primero los inmovilizaba con sus malévolos poderes y luego los capturaba y cargaba dentro del canasto, finalmente los hervía y devoraba.

Cierto día mientras Ashiná estaba sembrando maíz, se le acercó sigilosamente un personaje mágico que era un grillo-humano, el cual robó una de las semillas arrojadas y se escapó cavando un túnel en la tierra, al darse cuenta de lo sucedido, la vieja hirvió agua y llenó de ella el túnel, pero fue demasiado tarde el grillo-humano había logrado escapar y llegar hasta la aldea de los Chácobo, lugar donde sembró la semilla, luego  creció una planta muy grande, de la cual cosecharon todas la variedades de maíz: el duro, el colorado, el blando, el morado y otros. Entonces todos los hombres trabajaron para proteger a la planta del viento, construyendo un cerco muy fuerte, y en lugar de comer las semillas, las sembraron nuevamente las cuales cuando dieron nuevos frutos se repartieron para que todos los hombres pudieran sembrar y cosechar.

Sin embargo todavía no tenían el fuego, el que necesitaban para hervir maíz y hacer chicha. Así que un día cuando Ashiná, descansaba en su hamaca de algodón, el “tareche” cansado del maltrato de su ama, tomó una brasa de fuego con su pico y fue llevándola hasta los Chácobo, protegiéndola en un árbol seco.

Lamentablemente durante el trayecto el calor quemo su pico, el cual se redujo hasta quedar muy pequeño. Cuando Ashiná descubrió el hurto tuvo tanta rabia que provocó una tempestad con lluvia muy fuerte  para apagar el fuego robado, sin embargo  los Chacobó haciendo uso de cortezas de árboles secos  llamado “pancho”, cuidaron el fuego para que no se apagara, luego la repartieron entre sus familias.

Ya tenían maíz y fuego pero aún les faltaba la yuca, así que los Chácobo planearon dar muerte a la vieja, para robarle. Así que un día mientras ella se encontraba distraída y triste por la partida de su único hijo llamado Wirika, algunos hombres cavaron un hoyo muy profundo en medio de su casa a modo de trampa, la cual finalmente funcionó y Ashiná cayó en el pozo muriéndose y convirtiéndose en un animal llamado “pejichi”, la condena de este animal es la de vivir siempre bajo tierra.    

Sin embargo los poderes malévolos de Ashiná, no murieron con ella y alcanzaron a aquellas personas que festejaron su muerte, transformándolos en aves y otros animales. Y la gente que no se alegró ni burlo de la bruja, tomaron la semilla de yuca de su “chaco” y lo llevaron a sembrarlos en sus parcelas, logrando así tener diferentes variedades de yucas, las cuales son cultivadas hasta la actualidad por los Chácobo.


Notas
Los Chácobo son un grupo indígena que ocupan un territorio ubicado en la región amazónica de la provincia Vaca Díez del departamento del Beni, entre los ríos Yata, Ivon y Benicito. Se encuentran entre los paralelos 11 y 12 Latitud Sur y por los meridianos 66 y 67 Longitud Oeste.

Su región está caracterizada por la presencia de ríos, bosques y sabanas tropicales, biomas que dan refugio a una fauna abundante y diversa.


Carlos M. Vega Ocaña
T-27-01-2013

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